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Mt 10,16-25. ANUNCIO DE FUTURAS PERSECUCIONES



ANUNCIO DE FUTURAS PERSECUCIONES (10,16-25)

Las consignas de los vv. 16-39 van más allá de los horizontes del primer envío de los discípulos. El evangelista Mateo, según su costumbre, ha querido reunir en un solo “discurso dirigido a los apóstoles” las enseñanzas y advertencias que Jesús les fue dando a lo largo de su ministerio, sobre todo hacia el final del mismo (Mt 24,9-14; Mc 13,9-13). Este método literario seguido por Mateo ni excluye ni debilita la historicidad de los hechos y de las palabras del Señor.

El pasaje menciona una serie de cinco consignas de Jesús a sus apóstoles:

16 Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas.

El enviado se verá a veces acosado como oveja entre lobos, rodeado de peligros y asechanzas. No debe rehuir ni amedrentarse, sino ir equipado con dos virtudes: prudencia (astucia), como las serpientes, y sencillez, como las palomas.

17 Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas,

18 y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles.

19 Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento.

20 Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino que será el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros.

Los apóstoles serán llevados ante los pequeños sanedrines de los pueblos o ante el gran Sanedrín de Jerusalén y serán azotados en sus sinagogas (cf. 4,23); serán llevados también ante representantes de la autoridad romana. No deben inquietarse, pues “será el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros”. Jesús asegura a los misioneros la asistencia eficaz del Espíritu Santo, como consejero y defensor. El evangelista alude a las situaciones de los evangelizadores cristianos de su tiempo.

21 Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán.

22 Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará. Dentro de una misma familia, algunos seguirán a Jesús, otros no, y surgirán odios a causa de él. La salvación está en la perseverancia hasta el fin.

23 Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra, y si también en ésta os persiguen, marchaos a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del hombre.

Históricamente, antes de la destrucción de Jerusalén en el año 70, los judío-cristianos huyeron a Pella, en la Decápolis. Jesús, al estilo y manera de los profetas, anuncia su venida gloriosa en un futuro próximo pero indeterminado (cf. Mc 13,32).

24 No está el discípulo por encima del maestro, ni el siervo por encima de su amo.

25 Ya le basta al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su amo. Si al dueño de la casa le han llamado Beelzebul, ¡cuánto más a sus domésticos!

Jesús es el Maestro y es el Señor. Los discípulos y los siervos deben seguir las huellas de su amo. Si a Jesús lo han perseguido y le han llamado Beelzebul, ¡cuánto más les sucederá a los de su casa!