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LIBRO:

Mateo 16,5-12. LA LEVADURA DE LOS FARISEOS Y SADUCEOS



LA LEVADURA DE LOS FARISEOS Y SADUCEOS (16,5-12; MC 8,14-21)

5 Los discípulos, al pasar a la otra orilla, se habían olvidado de tomar panes.

6 Jesús les dijo: “Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos”.

7 Ellos hablaban entre sí diciendo: “Es que no hemos traído panes”.

8 Mas Jesús, dándose cuenta, dijo: “Hombres de poca fe, ¿por qué estáis hablando entre vosotros de que no tenéis panes?

9 ¿Aún no comprendéis ni os acordáis de los cinco panes de los cinco mil hombres y de cuántos canastos recogisteis?

10 ¿Ni de los siete panes de los cuatro mil y de cuántas espuertas recogisteis?

11 ¿Cómo no comprendéis que no me refería a los panes? Guardaos, sí, de la levadura de los fariseos y saduceos”.

12 Entonces entendieron que no había querido decir que se guardasen de la levadura de los panes, sino de la doctrina de los fariseos y saduceos.

“¡Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos!”. Los discípulos interpretan esta enigmática palabra de Jesús como una alusión al olvido de llevar panes. No. La falta de pan no es el problema más importante. Jesús lo ha remediado sobreabundantemente en dos ocasiones diferentes, dando pan a cinco mil hombres y, luego, a cuatro mil.

Para comprender la palabra que les ha dicho, hay que ir hasta el fondo de su significado, hay que afinar la fe, hay que hacerla crecer, hay que pasar de “poca” a mucha fe. Se trata de la levadura de los fariseos y saduceos. La levadura es aquí imagen de corrupción, hipocresía, falsedad (1 Cor 5,6-8). No se trata tanto de las personas cuanto de sus doctrinas y enseñanzas, que podrían corromper al pueblo dirigido por ellos.

Jesús logró su intento: “Entonces entendieron que no había querido decir que se guardasen de la levadura de los panes, sino de la doctrina de los fariseos y saduceos” (v. 12). Más tarde, en tiempos del evangelista, un buen discípulo es el que comprende y se mantiene fiel a las enseñanzas de Jesús, opuestas a las de los rabinos de Jamnia, y a la nostalgia del Templo por parte de los saduceos.