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LIBRO:

Mt. 11,1-19. PREGUNTA DEL BAUTISTA Y TESTIMONIO DE JESÚS



PREGUNTA DEL BAUTISTA Y TESTIMONIO DE JESÚS (11,1-19)

Introducción

11,1 Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.

Este versículo sirve de transición entre las enseñanzas dadas a los apóstoles (10,1-42) y las reacciones de los judíos ante la presentación que Jesús ha hecho de sí mismo como Mesías en palabras y obras (cf. Mt 5-7; 8-9).

2. Pregunta de Juan Bautista (vv. 2-6)

2 Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle:

3 “¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?”.

4 Jesús les respondió: “Id y contad a Juan lo que oís y veis:

5 los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva,

6 ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!”.

Juan, en la cárcel, es informado sobre la actividad profética y taumatúrgica que Jesús está realizando. Aquí aparece por primera vez en el evangelio de Mateo el título de “Cristo” dado a Jesús en su ministerio público. Este título es equivalente aquí a “Mesías”. Juan Bautista se extraña viendo a Jesús desarrollar un tipo de mesianismo muy diferente al mesianismo de purificación de fuego y de castigo para los malos que él esperaba (3,10-12). Jesús le responde aludiendo a oráculos del profeta Isaías 26,19; 28,18-19; 35,5-6; 42,18; 61,1. De esta forma, Jesús manifiesta a Juan que su mesianismo se caracteriza por la proclamación de la Buena Nueva a los pobres, enfermos, marginados y muertos espirituales, y termina con una bienaventuranza para el que no se escandalice de él.

3. Testimonio de Jesús acerca de Juan (vv. 7-15)

7 Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: “¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento?

8 ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? Mirad, los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes.

9 Entonces, ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta.

10 Éste es de quien está escrito: ‘He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará tu camino por delante de ti’.

11 En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él.

12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan.

13 Pues todos los profetas, lo mismo que la Ley, hasta Juan profetizaron.

14 Y si queréis admitirlo, él es Elías, el que iba a venir.

15 El que tenga oídos, que oiga”.

a) Juan es un profeta y más que un profeta, pues en él se realizan las profecías del Éxodo y de Malaquías. Él es el ángel que Dios envió delante de Israel para que lo guardara en el camino del desierto hasta llegar a la tierra prometida (Éx 23,20), y él es el mensajero mandado por Dios para allanarle el camino (Mal 3,1).

b) Él es el más grande entre los nacidos de mujer. A él le tocó anunciar y luego señalar quién era el Mesías (3,11; Jn 1,29-34), pero se quedó a la puerta de la proclamación del Reino. Entre él y los discípulos de Jesús hay una ruptura significativa a causa de una novedad radical.

–El v. 11b bien puede ser una glosa cristiana añadida al texto primitivo.

–El v. 12 es de interpretación difícil. Posiblemente el sentido es el siguiente: los enemigos de Jesús se oponen violentamente a que los hombres entren al Reino proclamado por Jesús. Estos violentos podrían ser los zelotas, que quieren establecer el Reino por las armas, o las potencias demoníacas, que quieren conservar el imperio del mundo y así lo arrancan a los buenos.

–El v. 13 marca las dos grandes etapas de la historia de la salvación: la época de las promesas en la Ley y los Profetas, y los tiempos nuevos del Mesías, cumplimiento de todo lo anunciado.

c) Para Jesús, Juan el Bautista cumple la misión de Elías, que debía venir antes del Día de Yahveh, según Malaquías: “He aquí que yo os envío al profeta Elías antes de que llegue el Día de Yahveh, grande y terrible” (Mal 3,23). En este caso, el “Día de Yahveh” es el día en el que Dios hizo la manifestación de Jesús como el Mesías prometido (cf. Mt 3,17).

4. Jesús juzga a su generación (vv. 16-19)

16 ¿Pero con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo:

17 “Os hemos tocado la flauta y no habéis bailado, os hemos entonado endechas y no os habéis lamentado”.

18 Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Demonio tiene”.

19 Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores”. Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras.

“Como niños enojadizos que rechazan todos los juegos que se les ofrecen (aquí los juegos de boda y de entierro), los judíos rechazan todas las insinuaciones de Dios, tanto la penitencia de Juan como la condescendencia de Jesús. Una y otra, sin embargo, se legitiman por las situaciones diferentes de Juan Bautista y de Jesús con relación a la era mesiánica. A pesar de la mala voluntad de los hombres, el sabio designio de Dios se realiza y se justifica a sí mismo por la conducta que inspira a Juan Bautista y a Jesús. Las obras de este último en particular, es decir, sus milagros (v. 2), son el testimonio que convence o condena”.

5. ¡AY DE LAS CIUDADES IMPENITENTES! (11,20-24)

20 Entonces se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido:

21 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido.

22 Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras.

23 Y tú, Cafarnaún, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy.

24 Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti.

Betsaida y Cafarnaún estaban a orillas del lago; Corazín, un poco al norte, sobre las colinas. Las tres han desaparecido hoy en día. Tiro y Sidón fueron condenadas por los profetas Isaías y Ezequiel (Is 23,1-8; Ez 26-28; cf. Jl 3,4-8; Am 9,1-10; Zac 9, 2-4). A Cafarnaún se le aplica el oráculo contra un tirano de Babilonia (Is 14,13.15). La historia de la destrucción de Sodoma se lee en Gn 19,24-28.