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LIBRO:

Mateo 12,9-14. CURACIÓN DEL HOMBRE DE LA MANO PARALIZADA



CURACIÓN DEL HOMBRE DE LA MANO PARALIZADA (12,9-14; MC 3,1-6; LC 6,6-11)

9 Se fue de allí y entró en su sinagoga.

10 Había allí un hombre que tenía una mano seca. Y le preguntaron si era lícito curar en sábado, para poder acusarle.

11 Él les dijo: “¿Quién de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta cae en un hoyo en sábado, no la agarra y la saca?

12 Pues ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en sábado”.

13 Entonces dice al hombre: “Extiende tu mano”. Él la extendió y quedó restablecida, sana como la otra.

14 Pero los fariseos, en cuanto salieron, se confabularon contra él para eliminarle.

Jesús se encuentra de nuevo en la sinagoga de los judíos. Es shabbát. Los discípulos no son mencionados. Sólo aparece él con el enfermo de la mano paralizada. Los demás (escribas y fariseos) son enemigos que provocan la intervención de Jesús. Los adversarios permanecen en silencio, pero están al acecho. Se diría que desean–más aún, esperan– que Jesús cure al enfermo, a fin de poder acusarle. En su interior ya han tomado la decisión de eliminar a Jesús y sólo esperan tener una prueba para actuar.

Jesús responde a los fariseos con otra pregunta y su respuesta. Si todo hombre salva a su oveja si cae en un agujero en sábado, ¡cuánto más se puede hacer el bien en sábado para salvar la vida de un hombre, que vale más que una oveja! Luego se dirige con autoridad al enfermo: “Extiende tu mano”. Él la extendió y aquella mano árida y seca quedó restablecida al instante, sana como la otra.

Desenlace de la escena: los fariseos, en cuanto salieron, se confabularon contra él para eliminarlo.

La manera como Jesús argumenta va de acuerdo con los métodos rabínicos de interpretación de la Ley. A una posible interpretación para actuar (halakáh), rígida y estrecha: “no curar en sábado sino de una enfermedad mortal”, Jesús opone otra interpretación (Qal wa-omer) más amplia e igualmente válida: “curar en sábado de cualquier enfermedad, en vista del bien del prójimo necesitado”. Jesús actúa conforme a esta segunda interpretación.

El relato, tal como lo leemos en Mateo, refleja posiblemente la posición de un ambiente judío que cuestionaba la legitimidad o necesidad de curar en sábado de una enfermedad que no era grave; las comunidades judío-cristianas tenían otra manera de pensar y actuaban con un criterio más amplio y abierto.