¿QUIÉN ES EL MAYOR? (18,1-5; MC 9,33-37; LC 9,46-48))
El discurso a la comunidad (18,1-35) es el cuarto gran discurso del evangelio de Mateo. Está dirigido principalmente a los responsables de la comunidad (ekklesía, iglesia). ¿Cómo deben comportarse los dirigentes ante la gente sencilla y humilde de la comunidad cristiana? En el discurso se pueden distinguir seis pasajes, siendo este el primero de ellos.
18,1 En aquel momento se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: “¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos?”.
2 Él llamó a un niño, lo puso en medio de ellos
3 y dijo: “Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. 4 Así pues, quien se humille como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos. 5 Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe”.
El discurso se abre con una discusión entre los discípulos sobre quién es el mayor en el Reino de los Cielos. El Reino de los Cielos es una realidad escatológica que, comenzando en este mundo, llegará a su plenitud al final de los tiempo. En la pregunta se percibe el deseo de grandeza y de poder, inherente a cualquier grupo humano. En la comunidad de Mateo todavía no existe una jerarquía organizada, pero sí hay dirigentes de la misma.2 Él llamó a un niño, lo puso en medio de ellos
3 y dijo: “Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. 4 Así pues, quien se humille como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos. 5 Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe”.
Jesús llama a un niño. No lo toma como ejemplo de inocencia y de ausencia de vicios, sino como un pequeño humilde y sencillo, que vive en dependencia de sus padres. Jesús invita a sus discípulos a un cambio de actitud y de mentalidad: pasar de una autosuficiencia negativa a la sencillez y dependencia de un niño. Los discípulos deben cambiar, convertirse, ser dependientes de Dios, a fin de poder entrar en el Reino de los Cielos. El v. 4, “Quien se humille como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos”, es la respuesta directa a la pregunta del v. 1. La humildad buscada y conseguida es la clave de la verdadera grandeza en el Reino. El v. 5 sintetiza lo ya dicho en 10,40-42.